Comunicación Asertiva

La asertividad consiste en la capacidad de expresarte, comportarte de un modo claro y respetuoso, mostrar tus necesidades y sentimientos sin ofender a los/as demás.

Es el punto intermedio entre pasividad y agresividad. Compara en este ejemplo, los distintos tipos de comunicación (agresiva, pasiva y asertiva): 

Hay que lavar los platos: 

• O me echas una mano, ¡¡o no los vuelvo a lavar yo nunca más!!
• Perdona, eh… ¿me echas una mano con lo que hay en el fregadero?
• Mientras yo voy fregando, tú puedes ir secando y así terminamos antes.

La asertividad es una forma de comunicar que mejora las relaciones con el resto de las personas y además ayuda a tu autoestima, reforzando tu sensación de control.

Esta competencia, se puede aprender, te damos unas pautas para que puedas ponerla en práctica:

• Describe los hechos, no los juicios o interpretaciones, y se lo mas específico/a posible. Diferencia un juicio: “Es usted un maleducado, ¡se ha colado!” de un hecho: “Perdone, usted antes no estaba delante de mí”
• Expresa cómo te sientes, cómo te hace sentir esa conducta, qué emociones despiertan. Las situaciones y actos provocan emociones. Hablar desde la emoción genera empatía.
• Habla en primera persona. Los mensajes “YO” son claves para ser asertivo/a: “necesito que…”, “creo que…”, “yo pienso que…”
• Explica las consecuencias o efectos de que siga manteniendo esa conducta.
• Propón una alternativa y da la oportunidad de que la otra persona exprese sus pensamientos y emociones. Expón concretamente los cambios que quieres que se produzcan, qué quieres o esperas de los/as demás.
• Cuida tu comunicación no verbal. Tan importante como el mensaje es lo que lo acompaña: mirada, tono de voz, postura corporal.